Let's go back to the start [Libre]

por **Renesmee Cullen** Dom Nov 29, 2009 5:41 pm

No sabía porque toda mi familia andaba un poco rara en este ultimo tiempo, el hecho de que conociéramos a los Redbird no podría ser un factor considerable dentro de todo esto, ya que al menos para mí ellos eran casi como de la familia. Tampoco el hecho de que en Londres lleváramos mucho tiempo, ya que habíamos llegado hace unos pocos años y no habíamos sido muy sociables con la gente de la ciudad.
Un suspiro se escapó de mis labios en este minuto, ya que estaba parada en frente de la mansión en la cual había dejado de vivir hace mas de 65 años.

- Bueno, no hay motivo por el cual asustarse - dije susurrando para mi misma a medida que cerraba mi abrigo al sentir el frío recorrer mi cuerpo de una manera mucho mas poderosa que en Londres. Sonreí ligeramente al recordar todo lo que había llegado a vivir por estos lados, sobretodo por las aventuras que había vivido con Claire y los demás integrantes de la manada, que.. hace mucho no veía.
Mis padres al parecer habían ido a ver una casa donde pudieran quedarse los Redbird, y debo admitir que últimamente he visto un extraño comportamiento en Ethan con tía Alice, y sobretodo.. en tío Jasper.
- Tal vez son solo ideas mías, en uno de esos casos tan solo estoy así por ver que ríen mucho juntos - dije soltando una ligera risa a medida que caminaba hacia la mansión, notando como las flores habían sido cubiertas por la nieve del pueblo del eterno invierno, Forks.

Era como volver prácticamente a una casa antigua, en ruinas. Podía ver perfectamente como todo estaba vacío por dentro, y sobretodo como las plantas estaban en un pésimo estado. Admito que por un momento la tristeza había recorrido mi interior de tan solo ver el estado de la casa, pero por otro lado me alegraba de saber que por fin habíamos vuelto, pero desconociendo las razones. Fue entonces que recordé lo que había hecho antes de venir de Londres.

Sabía que a Jake le dolió mucho el saber que debía separarme de él cuando partimos, pero siempre nos habíamos mantenido en contacto ya fuera por teléfono o simplemente por una carta con alguna foto. Al principio no fue fácil, tuve que contener la necesidad de verlo y además debí contener mis recuerdos para no tener que traspasárselos a la primera persona que tocara. Pero antes de venir a Forks, debía enviar una ultima carta avisándole a Jake que íbamos a volver finalmente a América.

“Aún lamento que Paul y Emily hayan dejado este mundo, pero por otro lado estoy feliz sabiendo que ambos estuvieron juntos por mucho tiempo e hicieron lo que siempre anhelaron, formar una familia. No he sabido mucho de Claire, tampoco de Quil, solo lo que tú me has dicho. Espero que estén bien.
Debo decirte algo, y aunque en estos momento no deba decírtelo, quiero que lo sepas. Vamos a volver a América, a Forks. Papá estuvo hablando con el Clan Redbird la ultima noche sobre el regreso al pueblo, pero aún desconozco las razones por las cuales volveremos.
Solamente quería que lo supieras.

Tan solo espero que sea pronto, te quiero.

Nessie”

Sonreí nuevamente al recordar la carta que le había mandado a Jake, y recordaba en el momento en que tuve que escaparme de casa para poder enviar aquella carta. Digamos que a mi familia no le gustó mucho que Jake nos acompañara por América y más de una vez me dieron un sermón en Londres por escribirle de vuelta.
- Forks, te extrañé.. - dije simplemente, soltando un suspiro de alivio a medida que caminaba hacia el patio de la mansión.

por **Jacob Black** Dom Nov 29, 2009 7:42 pm

Sí, ya habían pasado muchos años. Quizá, demaciados para mi gusto desde que los Cullen se habían ido de Forks hacia Inglaterra,no dejaba de preguntarme todos los santos días por mi Nessie, mi pequeña. ¿Cómo se encontraba? ¿Habría conocido a alguien? Una enorme oleada de celos me invadió al tan solo imaginarme la escena de ella con otro tipeje, cerré los ojos y los apreté fuertemente. En esos momentos me encontraba en el funeral de Sam Uley, cerca de La Push, en una iglesia no muy grande. Era el mismo lugar donde había sido el responso de Billy, mi padre, ¡Dios! Me estaba quedando sin familia. Bufé y rodé los ojos, me senté en una banca de el lugar y me cruzé de brazos, cuando el predicador empezó a hablar. En realidad no lo estaba escuchando, yo ya tenía bien claro que hnos había dejado nuestro amado Alfa: Por lo menos a mí, una rabia e ira profunda, por ver primero, por poner en primer lugar a los Quileutes y la manada. Cuando se había vuelto un anciano recordé claramente su cara al decirle alegremente que me iba de tour por Estados Unidos con la familia de vampiritos.

Dejé vagar mi mente y me puse a mirar a todos los presentes del lugar, eran solo Collin, Brady, Embry, Leah y Seth, que se había vuelto en un Alfa al irme con los Cullen. También habían ido Quil, Jared y Paul, aunque éstos estaban igual de viejos que Sam, y por eso no se pudieron quedar nada más que un par de horas y ya. Me estaba impacientando cada vez más, hasta que hubo un momento en el cual no lo soporté, me paré de la banca rápidamente y me di vuelta para irme, pero un amable "¡Hey! No te vayas aún.." de Embry me hizo parar en seco. " Mira, volveré en un par de horas más, ¿Vale?" murmuré escupiendo las palabras, impaciente. Él rodó los ojos y se volteó para mirar al anciano que estaba hablando.

Salí del recinto rápidamente y bajé las escaleras con velocidad corriendo hasta mi casa, al ver el paisaje era algo completamente triste, La Push estaba vacía. Cielos, últimamente todos estaban muriendo en ese lugar, al final solo quedaría yo, esperando a que la nueva generación creciera para poder dedicarme a enseñarles todo lo que Sam me había enseñado amí; pero con una exepción: No aplazar citas con tu impronta en vez de vigilar la frontera. Silvé distraídamente una canción y iba a abrir la puerta de la casa, pero me detube al ver que había un sobre ahí. Obviamente no iba a ser para Billy, el estaba más que muerto, de seguro habría de ser otra carta de condolencias, aunque algo atrasada. La di vuelta y decía "Jake" . La sostube en la mano y saqué de mi bolsillo las llaves, abrí la puerta y de inmediato me senté en el comedor.

Abrí el sobre cuidadosamente doblado, y al ver la letra no hize nada más que sonreír alegremente. La letra era de mi Ness, mi híbrida. Leí cada detalle, cada información, a medida de que más iba leyendo más feliz me sentía. ¡Ella y su familia volverían a Forks! ¡Megafantástico! Salté en mi silla y volví a cerrar la carta. ¡Por fin!

Una semana después la familia de vampiros vegetarianos con los que habíamos hecho el tratado ya estaban pisando Forks, de vuelta al principio. Decidí hacerles una visita amistosa de bienvenida, ordené mi pieza y me puse una camiseta negra, unos vaqueros cortados por el medio y unas deportivas blancas. Cerré la puerta y comenzé a correr por el bosque de La Push, emocionado, feliz, algo inexplicable. Sentía cómo la ropa me molestaba al correr, pensé que sería todo mejor si entrara en fase y me dirigiera a la Mansion Cullen más rápido. Me detube detrás de unos arbustos, me saqué la camiseta, mis zapatillas y luego mis vaqueros para amarrarlos así a uno de mis tobillos. Dejé que el calor me inundara y así pude sentír un par de segundos después como el viento rozaba mis cuatro ágiles patas.

Frené al ver una vez más esa residencia, salí en fase y me puse mis pantalones. Cerré el puño para tocar la puerta, pero ví que se había abierto sola gracias a mi impulso. Recorrí los pasillos de la casa, estaban todos sucios y polvorientos, algo "anticuados", pero pensé de inmediato de que Alice no tardaría mucho en renovarla por completo. Un aroma peculiar llegó a mis fosas nasales, ¡Nessie! Corrí hasta el patio y allí estaba, tan hermosa y perfecta como siempre, intacta.

- Y yo.. te extrañé a tí- dije tímidamente, acercandome con los brazos abiertos y con una sonrisa radiante.

por **Renesmee Cullen** Dom Nov 29, 2009 9:44 pm

El solo hecho de pensar en que la mayoría de las personas a las cuales había conocido estaban muriendo hacía que me colocara un tanto triste. El recuerdo de Emily iba y venía, y además el recuerdo de Sam y Billy Black. Normalmente yo era la que pasaba la mayor parte del día en La Push junto con Jake, pero luego de que nos tuvimos que ir.. todo cambio, para siempre.

Suspiré en medio del silencio del patio cubierto por la nieve, desde las flores, hasta los árboles enorme que en ese momento me estaban rodeando.
Nuevamente sentí como el frío se intentaba apoderar de mi cuerpo, y fue en un impulso que di un pequeño temblor de frío al sentir una brisa fresca que pasaba cerca de mí. “Demonios, el clima cambia demasiado” dije en mi mente a medida que seguía caminando por el patio, llegando al lugar en donde se encontraba cubierta de nieve aquella banca que tantos recuerdos me traía de los días en que solía venir a jugar en la casa de los abuelos Carlisle y Esme.
Solté una delicada risa al recordar aquellos momentos cuando era pequeña, teniendo a Jake a mi lado y sobretodo a papá vigilando de que él no hiciera nada malo.

Fue en ese mismo momento, en ese preciso momento, en que sentí una voz que hizo que me quedara quieta, que mi risa se apagara y que me diera vuelta de una manera casi automática. Aquella voz tan familiar y que había escuchado millones de veces a través del teléfono allá en Londres. - J.. Jake.. - dije un tanto tímida, al verlo a él, a tan solo unos metros de mí con sus brazos abiertos y con su sonrisa radiante que hacía que toda la tristeza que había en el patio desapareciera por un par de segundos.
Me quedé sin palabras al verlo nuevamente, luego de tantos años en los cuales solo nos podíamos comunicar secretamente a través del teléfono o simplemente enviándonos cartas entre nosotros.

No pude aguantar más, y simplemente corrí hacia él sintiendo en mi interior aquella felicidad que solo él podía llegar a sacar. Lo abrazé, sintiendo su calor traspasando mi piel y alejando aquel frío que quería apoderarse de mi para la eternidad. - ¡Estás aquí! - dije emocionada de tan solo verlo, de tan solo poder sentirlo cerca. - ¡Pensé que la carta no te había llegado! - dije con más emoción de tan solo tenerlo cerca, a medida que mis manos se iban directamente hacia su cara para poder notar como los años no tuvieron efecto en él, ya que seguía siendo el mismo de antes.
Fue entonces que mi ‘ataque’ de alegría disminuyo y pude calmarme para poder estar con Jake, - Te extrañe.. - dije susurrando a medida que me aferraba de él y apoyaba mi cabeza en su pecho, sintiendo sus latidos acelerados típicos de licántropo que me hacían reír en momentos que estaba triste. No sabía como o porque, pero era algo que me hacía gracia de él y siempre me sacaba una sonrisa.

Pude sentir como las lágrimas caían por mis mejillas dejando un rastro de calor. - Estoy en casa.. - dije susurrando a medida que sentía como las lagrimas caían, y sintiendo el calor sobrenatural de Jake tomándome por completo y alejando el frío del clima que cada vez se hacía un poco más intenso.

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